miércoles, 16 de abril de 2014

Mi vida como esposa, una bendición.

Cuantas veces nos hemos topado con personas que lamentan su vida matrimonial.
 En mi trabajo, tengo la ocasión de conocer de cerca la vida de algunas personas, como maestra de primaria, el desempeño escolar de mis alumnos es un referente que me obliga a acercarme a su entorno familiar y comúnmente uno de los factores que impiden el éxito en este rubro es precisamente una familia inestable.
En muchos de los casos los niños se ven afectados por las circunstancias que viven a diario con sus padres.
Continuando la lectura del capítulo 31 el versículo 12 declara:
"Ella le es fuente de bien ( a su esposo), no de mal"
Siguiendo el patrón ejemplar que este capitulo nos marca, debemos enfocarnos en ser mujeres cuya prioridad será ser de bien a la vida de nuestros esposos, que todas nuestras acciones se vean encaminadas a procurar su bienestar, no es sencillo, pero tampoco es imposible.
El mostrar agradecimiento cuando nos ayudan a algo, hablarles con cariño y mimarlos, cocinar y servir los alimentos con gusto, preguntar y escuchar cómo les fue en el trabajo,  acariciarlos espontáneamente, son acciones sencillas pero significativas que nos permitirán ser una fuente de bien para ellos.
En otro capítulo de Proverbios, en la versión Reina Valera, se compara a una mala esposa como "carcoma en los huesos", es muy interesante el significado de esta palabra: Acción o cosa que causa la destrucción lenta de algo. Es lamentable que las malas acciones vayan acumulándose destruyendo lentamente muchos corazones.
El día de hoy, nuestra oración debe estar encaminada a procurar ser una bendición a la vida de nuestros esposos, que en nosotras ellos encuentren amistad, paz, tranquilidad y no contiendas ni malas acciones que vayan destruyéndonos poco a poco.
Que cuando ellos lleguen a casa sientan el deseo de nunca salir de ahí, que nuestro hogar sea un oasis de amor y esperanza en medio de este mundo conflictivo e inseguro.
La canción elegida nos invita a buscar refugio y fortaleza en el Señor para ser las esposas que Dios quiere y que nuestros esposos necesitan.

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